04/04/2019 | 18:30
El abogado y ex militar Javier Ortega Smith-Molina, secretario general de Vox, está adquiriendo un gran protagonismo gracias al juicio del 1 de Octubre. Este ex soldado de las COE —Compañía de Operaciones Especiales, los ‘Boinas Verdes’ del Ejército español— , militarista hasta la médula e hijo de una familia de abogados madrileños, es ahora el responsable del frente jurídico de la formación ‘ultra’ y uno de los principales arietes de los líderes independentistas en el Tribunal Supremo. Pero ¿cuáles son los orígenes políticos y familiares de Ortega Smith? ¿Qué conexiones tiene con el mundo del Ejército y la policía?
A pesar de su filia militarista y su pasado como soldado de las COE, Javier Ortega no procede de una familia de militares, sino de abogados. El único vínculo de tipo familiar —muy lejano— con la institución militar española lo puso de manifiesto el presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco, el general de División de Infantería de Marina en la reserva Juan Chicharro Ortega, que también fue ayudante de campo del rey Juan Carlos. El general aseguró ser simpatizante de Vox y “sentir admiración” por su “primo” Javier Ortega Smith.
Estirpe de abogados franquistas
Pero, sin embargo, tanto el padre de Javier Ortega como su abuelo fueron abogados como él. El abuelo de Javier Ortega Smith se llamaba Víctor Manuel Ortega Pérez, también se dedicó al derecho y fue letrado mayor en el Ayuntamiento de Madrid, hasta que murió en 1962. Precisamente en el funeral de su abuelo acudió su amigo, el entonces alcalde de Madrid José Finat y Escrivá de Romaní, más conocido como ‘Conde de Mayalde’, hombre de confianza de Francisco Franco y de Ramón Serrano Suñer con estrechas conexiones con el nazismo.
José Finat fue delegado nacional del Servicio de Información e Investigación de Falange y Serrano Suñer lo nombró director general de Seguridad. Durante esta etapa potenció la cooperación policial con la Alemania nazi —de hecho, fue embajador de España en la Alemania nazi en los años 41 y 42— y emprendió una dura represión contra la oposición política, colaborando con la Gestapo. El padre del líder ultraderechista, Victor Manuel Ortega Fernández-Arias, nació en Guipúzcoa, tiene actualmente 72 años y, según ha podido confirmar CRÍTIC, consta en el Colegio de Madrid como abogado no ejerciente. En la actualidad se presenta como agente inmobiliario en Madrid, con sede en una mansión de la calle de Arturo Soria.
Precisamente el padre del dirigente de Vox ya frecuentaba en los años sesenta fiestas, bodas y comidas con la flor y nata de la llamada aristocracia de la época. Una crónica de sociedad publicada por el diario ‘Abc’ el 14 de octubre de 1962 —entre otros— sitúa al padre del dirigente de Vox junto a Ramón Serrano Suñer entre los testigos de la boda de los Navarro-Quijano, en la capilla del colegio El Pilar de Madrid.
El negocio del hormigón en Argentina
La madre del número dos de Vox se llama Ana María Smith-Molina Robbiati y nació en Buenos Aires en 1942. En Argentina, el apellido Smith-Molina aparece vinculado a negocios de la construcción y las obras públicas, integradas desde hace algunos años en un grupo empresarial muy potente. Smith Molina SA, fundada en 1956, es una empresa constructora que trabaja todo tipo de proyectos, especialmente en el área de infraestructuras y obras viarias. Al igual que sus hijos, Víctor Manuel, Fernando Eduardo, María Elena y el mismo Francisco Javier, Ana María Smith-Molina posee, después de su matrimonio con Víctor Manuel Ortega Fernández-Arias, la doble nacionalidad hispano-argentina.
Ningún miembro de la familia Ortega milita en Vox, según reconoce públicamente el mismo número dos del partido. Y sus actividades giran en torno a la empresa. De hecho, los hermanos hombres de Javier Ortega, Víctor Manuel y Fernando, fueron administradores de tres empresas. El mayor, Víctor, dirigía las sociedades Cadiga Eólica SL hasta 2007 y Xunqueira Eólica hasta 2010. Y Fernando liquidó su empresa, Frugova, en 2007.
La conexión argentina también tuvo un papel cuando Ortega Smith movilizó la Fundación en Defensa de la Nación Española (DENAES), de la que era portavoz, para manifestarse en 2012 contra la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. En estas acciones ante la embajada de Argentina en Madrid, en la que participó también el entonces presidente de la Fundación, Santiago Abascal, reclamaban la expulsión del Gobierno de Cristina Kirchner del G-20, “tras los reiterados ataques contra los intereses españoles y de incumplir de manera sistemática la legalidad internacional”.
Pero lo cierto es que detrás de todo esto estaban las simpatías de la presidenta argentina por el chavismo y por las denuncias presentadas contra Cristina Kirchner como presunta encubridora de los presuntos autores iraníes del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que dejó un balance de 85 muertos y cerca de 300 heridos. Hay que tener en cuenta que Ortega Smith ha manifestado públicamente en múltiples ocasiones y a través de las redes sociales su apoyo a los planteamientos sionistas. Casualmente, el 31 de enero pasado, la asociación judía AMIA comunicaba a las autoridades judiciales su renuncia a proseguir acciones legales contra la ex presidenta argentina.
En política de la mano de Eduard Punset
Los primeros pasos de Javier Ortega Smith en el mundo político no se encuadraron de entrada dentro de la ultraderecha. El actual secretario general de Vox formó parte de la candidatura al Parlamento Europeo de la coalición Foro-CDS en 1994, promovida por el político liberal catalán de la UCD Eduard Punset, que entre 1978 y 1980 asumió el cargo de ‘conseller’ de Economía en la preautonomía catalana presidida por Josep Tarradellas. Punset fundó originariamente Foro en 1991 como una plataforma de debate político tras abandonar su militancia en el CDS.
Con tan sólo 26 años, con su licenciatura de derecho, con el máster universitario de acceso a la abogacía de Comillas bajo el brazo y recién salido del cuartel de las COE de Alacant, Javier Ortega Smith ocupó el lugar 55 de la candidatura europea como militante de Foro. La lista fue encabezada por el mismo Punset, seguido de Rafael Calvo Ortega, ex ministro de Trabajo del primer Gobierno de Adolfo Suárez.
La iniciativa fue un fracaso rotundo que barrió a Punset y al mismo partido. La coalición obtuvo 183.418 votos (un 0,99%) y no consiguió ningún eurodiputado. Foro se disolvió en 1995 y Punset abandonó la política. Ortega Smith, sin embargo, seguiría caminos políticos alejados del liberalismo.
Inicios poco afortunados en Vox
No sería hasta 2015 que Ortega Smith volvería a presentarse a unas elecciones, ya entonces encuadrado dentro de la militancia de Vox. El abogado encabezó la candidatura al Ayuntamiento de Madrid y también se presentó como candidato al Senado por esta comunidad autónoma. Pero este segundo intento volvió a ser un fracaso electoral y Vox recogió poco más de 8.000 votos en las municipales madrileñas. En el Senado, Ortega Smith logró 34.216 votos y quedó en 22ª posición, por detrás del último candidato del PACMA.
Enrique de Diego, un periodista cercano al mundo ultraconservador y singularmente ácido con ciertos políticos de este espacio, atribuía en un artículo el fracaso de Vox al mismo Ortega, poniendo en duda sus capacidades como abogado. “Ortega Smith no tiene abierto despacho y, cuando Vox se ve en los tribunales, nunca recurre a él, a pesar de su desembarco desde la fundación Denaes como secretario de asuntos jurídicos del partido”. De Diego también cuestiona incluso la capacidad intelectual de Ortega Smith para afrontar debates de geopolítica, haciendo mención de una conferencia que finalmente no pronunció.
Eran unos momentos iniciáticos en que las aguas bajaban removidas en Vox. En 2014, pocos meses después de su fundación, el partido fulminó a la valenciana Cristina Seguí, una de sus fundadoras. Seguí, que posteriormente inició una exitosa carrera como tertuliana, era la pareja del mismo Ortega Smith, según aseguró el digital ‘Rambla Libre’.
La dimisión de Seguí se produjo después de las denuncias que realizó contra el entonces presidente en funciones del partido, José Luis González Quirós, de haber facturado más de 50.000 euros al partido a través de la consultoría Mind & Matters, propiedad del mismo Quirós y de su hijo. El hecho de que Cristina Seguí fuera a explicarlo todo a la revista ‘Interviú’ —con un reportaje fotográfico incluido— fue demasiado para los ultracatólicos de Abascal. Seguí anunció su renuncia a los cargos nacionales y a la presidencia de Vox en Valencia y también habría puesto fin a su relación sentimental con Ortega Smith. Sin embargo, siempre ha continuado estando en la órbita del partido ultraderechista y de otras organizaciones afines en el País Valenciano.
Rafael Bardají y la ‘revolución Bannon’ de Vox
El fracaso electoral de Vox en 2015 provocó una crisis sobre la viabilidad del proyecto, aunque la entrada de nuevos refuerzos en la organización de desencantados del PP ayudó a Abascal a elaborar un cambio de estrategia. Especialmente importante fue la incorporación de ideólogos como el sociólogo Rafael Bardají, asesor de ministros de Defensa del PP como Eduardo Serra y Federico Trillo y ex director de política internacional de la FAES. En 2016, Bardají dio el paso a Vox, donde aportó una nueva estrategia que implicaba incorporar las fórmulas del supremacista e identitario Steve Bannon, que están funcionando en toda Europa y en Estados Unidos.
Es en este contexto que Javier Ortega Smith-Molina toma con fuerza la secretaría general con dos misiones muy claras: potenciar la actividad del partido dentro de las fuerzas armadas y los cuerpos policiales, y articular la acción política y judicial contra el movimiento independentista en Cataluña. Una de las prioridades de Ortega Smith a partir de ese momento ha sido fortalecer el equipo jurídico de Vox para continuar la línea de querellas judiciales contra adversarios políticos e ideológicos, como herramienta mediática de largo recorrido.
Querellas políticas y propaganda
La actuación de Vox en los tribunales se ha revelado muy útil para la organización. Esta apuesta para ganar notoriedad, sin embargo, viene de lejos. Abascal y Ortega Smith empezaron a poner en práctica la estrategia a través de la Fundación Denaes, presentando especialmente en 2012 numerosas querellas —algunas de las cuales ante la Audiencia Nacional— que fueron archivadas en la práctica totalidad. El objetivo principal eran ya entonces las organizaciones independentistas, como la que iba dirigida contra ‘Catalunya Acció’ y la vasca ‘Esait’ y que instaba a la justicia a actuar porque podrían “cometer delitos de provocación al odio y ultraje a España” durante la final de la Copa del Rey que, semanas más tarde, disputarían el Athletic Club de Bilbao y el FC Barcelona. La querella fue archivada.
El aparato jurídico de Vox es el que más recursos consume en la organización
A partir de entonces, se produjo una letanía de querellas de la mano del equipo jurídico que lidera Ortega Smith, y que tiene como caras visibles a los abogados Juan Cremades y Pedro Fernández Hernández, a los que hay que sumar una decena más de letrados. El aparato jurídico de Vox es el que más recursos consume en la organización, junto con el de “agitprop’ en las redes sociales.
La lista de querellados —la mayoría de los cuales, catalanes— es larga: Carles Puigdemont, Carme Forcadell, Artur Mas, Quim Torra, Roger Torrent, Oriol Junqueras, Gonzalo Boye, Pablo Iglesias, Pablo Echenique, Teresa Rodríguez, Josep Bordes, Pedro Sánchez , Josep Lluís Trapero, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Marta Madrenas, Vicent Sanchis, Saül Gordillo e, incluso, el juez belga que imputó al magistrado Pablo Llarena, entre otros.
La apuesta de Vox por personarse como acusación popular en el juicio del 1 de Octubre está reportando a la formación ‘ultra’ una presencia mediática impagable. Otra cosa es la actuación profesional de los letrados, tanto Ortega Smith como Fernández Hernández o Juan Cremades, que ha sido técnicamente muy cuestionada en momentos como el interrogatorio del mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero. Pero lo cierto es que Ortega Smith está sentado en el estrado de las acusaciones a punto para el alegato final, y, cuando llegue el momento -probablemente, en plena campaña electoral-, dispondrá de todo el tiempo del mundo para lucirse.
Los fichajes de Ortega Smith entre el mundo militar
Ortega Smith-Molina es, además de abogado, un amante de las armas, del Ejército, de las fuerzas policiales y de la Reconquista. Su bagaje militar, sin embargo, es más bien escaso: sólo responde a casi dos años como soldado en las COE del cuartel de Rabassa, en Alacant, al terminar su carrera de derecho, y al hecho de calarse la boina verde cada 12 de octubre para jurar bandera como reservista. Sin embargo, el secretario general de Vox juega a fondo la carta militarista, y uno de sus objetivos es, precisamente, atraer hacia su formación la potencialidad electoral que representan los miembros de estos cuerpos armados y sus familias.
Los generales retirados Fulgencio Coll y Agustín Rosety formarán parte de las listas de Vox
Vox ya cuenta entre sus afiliados con numerosos policías en segunda actividad y militares retirados. De hecho, en las próximas elecciones generales, municipales y autonómicas, varios funcionarios policiales, vinculados a las asociaciones más ultraconservadoras del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, participarán en las candidaturas de Vox a las elecciones generales, junto a oficiales del Ejército. Entre estos destaca el general retirado Fulgencio Coll, que encabezará la candidatura al Ayuntamiento de Palma. Preguntado el día de su presentación sobre si Vox era un partido de extrema derecha, el general respondió que “extremistas son los que apoyan a los que han sido terroristas, a los golpistas y a los secesionistas”. Coll es hijo del general de infantería y procurador en las Cortes franquistas Fulgencio Coll de San Simón.
El otro fichaje estrella de Ortega Smith-Molina es Agustín Rosety Fernández de Castro, otro general de Infantería de Marina retirado, que será número 1 de la lista de Vox por Cádiz el próximo 28-A. Su nombre figura entre el centenar de militares -la mayoría de los cuales, jubilados- que en el mes de agosto difundieron un manifiesto de apoyo al dictador. El manifiesto firmado por Rosety no sólo ensalza Franco, sino que justifica el golpe de Estado de julio de 1936 asegurando que el dictador actuó ante una España “agredida y acosada por el comunismo internacional”.
Y cuando parecía que la llegada de uniformados a las listas electorales de la ultraderecha había concluido, Ortega-Smith decidió incorporar a otros tres generales para liderar dos de las tres candidaturas de VOX en el País Valencia y otra en Pontevedra y un coronel de la Legion para cerrar su oferta electoral en Melilla.
Se trata de del general de división del Ejército de Tierra Alberto Asarta, que encabeza la candidatura de los ultraderechista de VOX por Castellón; el teniente general de Ejército del Aire Manuel Mestre que lidera la candidatuira por Alicante; el general de división Antonio Budiño Carballo, como cabeza de lista de VOX por Pontevedra y el coronel de Infantería de la Legión José Antonio Herráiz que encabezará la candidatura por Melilla.
Precisamente el fichaje del legionario es una apuesta personal del ex boina verde y candidato a diputado Ortega-Smith, en recuerdo de su etapa en las COE, y sobre quien sigue pesando una orden de busca y captura de la justicia británica emitida en 2016, confirmada por la policía gibraltareña, por “sustracción en junio de 2014 de un bloque de cemento procedente del arrecife artificial ubicado en British Gibraltar Territorial Waters”. Por eso, el rambo español no ha pisado desde entonces ni Inglaterra ni el Peñón por vías convencionales por temor a ser detenido.