17/03/2023 | 06:00
Las series de género negro han sido tendencia en los últimos años. A menudo se presentan como un rompecabezas con un crimen por resolver y un policía que, en el proceso de la investigación, muchas veces destapa temas de denuncia social, hablando de temas como el feminismo o el racismo y haciendo un retrato de las sombras de la sociedad del bienestar. El crítico de series Toni de la Torre ha hecho una lista con las diez mejores series criminales y policíacas con espíritu crítico de los últimos años.
‘Happy Valley’
Con el irónico título de Happy Valley, esta serie, que ha acabado recientemente con su tercera temporada, ha sido una de las mejores series policíacas de los últimos años. Y también una serie que ha explorado tenazmente la violencia del patriarcado en forma de casos criminales, empezando por el que afecta directamente a la protagonista, la sargenta Catherine Cawood. Su hija fue violada con solo 17 años por un individuo llamado Tommy Lee Royce. Un año después, la hija se suicida y deja a Catherine a cargo de su nieto, producto de la violación. La serie empieza cuando Tommy Lee Royce sale de la prisión y continúa siendo un violador. El personaje se convierte en la némesis principal de la protagonista, una figura que planea por toda la serie, tanto cuando está como cuando no está, tanto cuando está en la prisión como cuando está en libertad.
Porque, más que un hombre, Tommy Lee Royce es una idea: representa la violencia machista que se repite una y otra vez en una sociedad misógina que hace posible la existencia de individuos como él, donde a las mujeres no los queda otra posición que la vulnerabilidad. La serie explora estas ideas a través de otros personajes masculinos, pero es fundamentalmente a través de Tommy Lee Royce que se expresa la impotencia de no poder parar la violencia contra las mujeres y el miedo que estas dinámicas sean absorbidas por las nuevas generaciones (una de las tramas más importantes de la serie es la de los esfuerzos de Catherine para mantener su nieto lejos de su padre). El personaje, interpretado por una fantástica Sarah Lancashire, está luchando contra todo un sistema de perpetuación de la violencia que sufren las mujeres. Es una serie policíaca excelente y también una serie sobre una mujer que intenta decir basta.
Plataforma: Movistar+.
‘La infamia’
Muchas series criminales se basan en casos reales, lo que las hace todavía más estremecedoras, a la vez que refuerza el componente de denuncia social, puesto que a menudo se señalan las carencias de un sistema que podría haber hecho mucho más de lo que hizo por las víctimas. El caso de la miniserie La infamia es flagrante y no apta para todos los estómagos. Explica la historia de tres adolescentes de 12, 14 y 16 años que fueron víctimas de una red de explotación sexual de menores de edad que operaba en Rochdale, en el Reino Unido. La serie tiene que ser forzosamente cruda explicando el horror por el que pasaban las víctimas, pero pone sobre todo el énfasis en el hecho de que las tres adolescentes intentaron buscar ayuda, pero nadie les hizo caso, ni los trabajadores sociales ni la policía, porque consideraron que su testigo no era fiable.
Una trabajadora de la Seguridad Social, que en la miniserie interpreta Maxine Peake, alertó de los patrones de abuso sexuales que estaba detectando entre las adolescentes que atendía, pero no se le hizo caso. De este modo es el mismo sistema el que es cómplice por negligencia de las actividades de una red de explotación sexual que buscaba adolescentes con contextos familiares difíciles, más vulnerables. El funcionamiento de la red era tan perverso que incluso tenían adolescentes que habían convertido en reclutadoras de otras adolescentes y preadolescentes. Cuando el caso se cerró, se identificaron 47 víctimas, todas menores de edad, y varios casos de violación múltiple, con hasta 20 hombres participando en la agresión.
Plataforma: Filmin.
‘Forbrydelsen’
Las series escandinavas se han convertido, en la última década, en la referencia si hablamos de género criminal. Toda esta nueva oleada de series tiene el origen y su máximo referente en la serie danesa Forbrydelsen (The Killing), que creó el molde que muchas imitarían después, cogiendo más o menos elementos: un crimen escalofriante lleva a los detectives protagonistas a investigar y desenterrar los secretos de una comunidad de personajes, a descubrir los secretos que esconden personas aparentemente normales y también las carencias de una sociedad del bienestar que está lejos de ser ideal y dónde normalmente se exploran temas como la corrupción política y la desigualdad social. Si os suena, es porque probablemente habéis visto alguna de las muchas series que han seguido el camino marcado por Forbrydelsen, que en su momento fue un fenómeno.
Si en su momento no la mirasteis, me sabe mal deciros que actualmente no está en ninguna plataforma (sí que la encontraréis en la sección de DVD de muchas bibliotecas públicas). Merece la pena hacer el esfuerzo y descubrir como el guionista Soren Sveistrup supo coger el mismo punto de partida de Twin Peaks pero llevándolo al terreno de la tradición del género negro nórdico. Así, a través del hallazgo del cadáver de Nanna Birk Larsen (el equivalente de Laura Palmer), en Forbrydelsen se explora la cara oscura de una comunidad, a medio camino entre el luto y la necesidad de esconder secretos que no deben salir a la luz. El éxito de Forbrydelsen hizo que se hiciera un remake norteamericano, The Killing. Entre las series similares, la más recomendable es la suecodanesa Bron/Broen, que desgraciadamente tampoco está en ninguna plataforma.
Plataforma: Actualmente, en ninguna.
‘The Fall’
Es una serie criminal que divide su narrativa entre dos personajes: un asesino en serie que mata solo a mujeres y una detective a quien llaman específicamente para ayudar en este caso. Está explicada de forma dual: contrapone a menudo los dos personajes, creando un efecto que hace que los tengamos a ambos presentes continuamente. Esto implica que The Fall genere una tensión intensa, basada en los movimientos del perseguidor y del perseguido. Él está interpretado por Jamie Dornan, y ella, por Gillian Anderson. Y es sobre todo el personaje de ella, la detective Stella Gibson, quien hace que esta serie merezca, para mi, un lugar en esta selección. Como personaje femenino en una serie criminal rompe con muchos patrones que son habituales en otras series (no tiene que discutir con nadie su autoridad, ni sufre conciliando el trabajo en la policía con las responsabilidades familiares, por ejemplo, dos elementos muy comunes en personajes similares).
Pero es sobre todo su visión del mundo y de su trabajo el que es incisivo. Una de las escenas que mejor la definen es una en la que pide que no se defina la víctima como “inocente” en un informe, porque entonces, si la próxima víctima es una prostituta o una mujer que salía de fiesta, esto hará que pase a ser considerada culpable. Su punto de vista, su feminismo, aparece a la serie de forma explícita a través de comentarios que son directos y contundentes, los más contundentes que nunca ha hecho un personaje femenino en una serie. Pero The Fall no hace bandera de esto, ni tampoco intenta relativizarlos. Solo deja que el personaje se exprese tal como es, sin trabas, y remarque que confía muy poco en un mundo donde el poder está en manos de los hombres. Quizás no es realista que lo pueda hacer, pero el efecto que produce es liberador.
Plataforma: Netflix.
‘Wasteland’
En las series criminales, no todo es encontrar un cadáver. La desaparición de un personaje es otro recurso que el género también utiliza a menudo, porque también tiene asociada una investigación. En el caso de la serie checa Wasteland (título original: Pustina), desaparece la hija adolescente de la alcaldesa de un pequeño pueblo castigado por la crisis económica, donde una empresa minera se está aprovechando de la situación difícil por la que pasan muchos de los vecinos para hacerles ofertas económicas para quedarse sus terrenos. Imaginad una situación parecida a la de Alcarràs, pero en un pueblo gris y en un estado de decadencia que es visible en el estado de los edificios y que queda acentuado por unos paisajes de niebla que provocan una atmósfera sofocante.
La propuesta económica de esta empresa minera divide a los habitantes del pueblo, y la alcaldesa forma parte de los partidarios de resistir y no vender para no perder el lugar que consideran su casa. Es por eso que la desaparición de su hija parece relacionada directamente con su papel en este asunto. Hay muchos personajes que pueden tener interés en acallar a la alcaldesa, de forma que como serie criminal cumple aquella máxima que prácticamente todos los personajes podrían ser sospechosos. A medida que la miniserie avanza, se van destapando capas y capas de intriga y secretos escondidos, de una manera parecida a Mare of Easttown. Pero, si en la miniserie protagonizada por Kate Winslet la situación económica desesperada del pueblo es un telón de fondo, en este caso es donde se pone todo el foco.
Plataforma: HBO Max.
‘Seven Seconds’
La guionista Veena Sud, responsable de The Killing (el remake norteamericano de Forbrydelsen, mencionada más arriba), hizo después otra serie que mantenía un estilo similar, incluso aún más crudo, que desgraciadamente pasó desapercibida: en Seven Seconds usó el género criminal para hablar de racismo y brutalidad policial en los Estados Unidos en un momento en que el tema no era tan habitual en la televisión. La historia arranca con el atropello de un adolescente afroamericano y la decisión del policía que conduce y de sus compañeros de dejarlo morir y encubrir lo que ha pasado, haciendo que el espectador sienta la necesidad inmediata de que se sepa la verdad y de que se haga justicia. Quedamos en manos de una fiscal que busca redimirse de errores del pasado y de un detective de asuntos internos recientemente divorciado para resolver el caso.
A diferencia de otras series parecidas, Seven Seconds no convierte la víctima en un vehículo para poner en marcha la historia, sino que la hace omnipresente a través de la trama de su madre, interpretada por Regina King (que hace el mejor papel de la serie). Su dolor nos recuerda constantemente lo que han hecho los policías, de los que se muestra también el punto de vista, pero sin el riesgo de olvidar lo que hicieron. Como ya pasaba en The Killing, el paso de los episodios va poniendo un peso sobre los hombros del espectador, que vive la frustración de la fiscal y del detective por el hecho de no conseguir encontrar las pruebas para acusar a los policías. Pero donde la serie más se crece y lo que hace que deba estar en esta lista es en el episodio final, donde la serie conecta este caso ficticio con los casos de brutalidad policial en Ferguson, en Chicago y en Baltimore, levantando un discurso muy potente y crudo, que no deja espacio para la esperanza, sobre el racismo sistémico en los Estados Unidos y que podría conectar perfectamente con la reciente We Own This City, de David Simon y Ed Burns.
Plataforma: Netflix.
‘When They See Us’
El género criminal en su vertiente judicial también tiene series donde la denuncia es la razón de ser principal. Una buena representante de ello es When They See Us, que presenta la historia real de cinco adolescentes que fueron detenidos y acusados de haber violado a una mujer en Central Park, en Nueva York, en 1989. Cinco adolescentes del barrio de Harlem, para ser exactos. Negros y latinos. Desde el inicio queda claro que este rasgo marca completamente su historia, porque no son tratados como individuos por la policía, sino como representantes de un colectivo sobre el que las autoridades que los rodean tienen una idea muy exacta. La fiscal, interpretada por Felicity Huffman, hace lo que haga falta para doblegar a los chicos a través de interrogatorios y hacer que su testimonio acabe validando la versión de la historia que es la que ella busca para condenarlos.
Uno de los aspectos más interesantes de When They See Us es como trabaja la mirada de estos adolescentes y de sus padres sobre cómo ven la autoridad: cómo alguien que te hace sentir vulnerable, que te mira con desprecio, que puede hacer contigo lo que quiera. La miniserie busca dar a conocer esta historia a un público amplio y generar indignación entre la audiencia. Pero su creadora, Ana DuVernay, se ocupa de que esta indignación no se limite a este caso concreto, sino que presenta la historia de estos chicos y el trato que recibieron como representativa del racismo institucional y de las fallas del sistema que van más allá.
Plataforma: Netflix.
‘Unbelievable’
Unbelievable es otra miniserie basada en un caso real que podríamos calificar del equivalente de When They See Us de la era del movimiento MeToo. Explica la historia de una joven de solo 18 años que denunció a la policía que la habían violado. Los agentes dudaron de ella desde el principio y no solo no se la creyeron, sino que la acusaron de mentir y la presionaron para que se retractara de su testimonio. Convencidos de que estaba mintiendo para llamar la atención, fue así violentada también por el sistema policial. El hecho de haber sido acusada de haberse inventado una violación también tuvo un impacto directo en su entorno y fue estigmatizada. Por supuesto, de resultas, el violador continuó en libertad.
En paralelo a la historia de Marie, la miniserie también sigue a dos mujeres detectives de ciudades diferentes que están investigando las similitudes entre varias violaciones y llegan a la conclusión de que posiblemente todas tienen el mismo perpetrador. Unbelievable es minuciosa siguiendo el trabajo de las detectives, interpretadas por Toni Collette y Merritt Wever, y se estructura como una serie criminal donde cada nueva pista lleva a cerrar el círculo alrededor del violador. Al mismo tiempo, esta historia también repercute en la gravedad de la negligencia en el caso de Marie y señala la misoginia de los dos policías como causa principal para dudar de la víctima y ningunearla. Desgraciadamente, se trata de un tema que todavía continúa vigente.
Plataforma: Netflix.
‘Laëtitia’
Laëtitia podría ser, de entrada, la enésima miniserie de esta selección sobre el caso real de una mujer que es víctima de la violencia de un hombre. Pero lo que separa esta producción francesa de todo el resto es que no trata del caso de Laëtitia como el único episodio de violencia que sufrió, sino como el último, el definitivo, el que puso fin a su vida con solo 18 años. Antes había habido más. Así, explica todo el machismo que la víctima sufrió desde que era una niña hasta que se hizo adolescente y finalmente, al ser asesinada, cuando apenas había puesto un pie en la vida adulta. Al hacer esta mirada hacia atrás, el creador de la miniserie, Jean-Xavier de Lestrade (conocido por ser el creador de The Staircase), vincula un crimen que impactó los franceses por su sadismo (antes de matarla, el asesino la drogó, violó y descuartizó) con otras formas de violencia comunes en la vida de cualquier mujer.
Con este planteamiento, consigue dos cosas poco comunes en el género criminal: que conozcamos bien a la víctima y que no sea solo el cadáver que abre la investigación, y establecer un vínculo entre la violencia excepcional del crimen y la violencia cotidiana, puesto que ambas formas de agresión forman parte del mismo contexto social y cultural que las hace posibles. A la vez, también explora el uso político del caso que hizo el entonces presidente Nicolas Sarkozy, que instrumentalizó la ira colectiva que provocó este caso para hacer campaña, reclamar un endurecimiento de la ley y atacar a los jueces. La miniserie se basa en el ensayo que hizo del caso el escritor Ivan Jablonka, y que en su momento publicó Anagrama en castellano, cuya la lectura os recomiendo si, al acabar la miniserie, queréis profundizar en las cuestiones que despliega.
Plataforma: Filmin.
‘True Detective’
Dejo para el final la más conocida de las series de esta lista, con el aviso de que, si no lo habéis visto, es mejor que no continuéis leyendo este texto, porque, para argumentar los motivos para incluirla, tendré que hacer espóilers. Y es que, aunque True Detective fue un éxito (me refiero a la primera temporada, que a mi parecer es la única que vale realmente la pena), a menudo no se la relaciona con las series de género criminal. El motivo, sospecho, es por los elementos fantásticos que impregnan toda la investigación de los detectives Rust y Marty en un caso en el que abundan los elementos relacionados con rituales satánicos y las referencias al ocultismo. La serie permite deliberadamente al espectador pensar que quizás este elemento fantástico tendrá un papel central en el tramo final de la serie, introduciendo menciones a El rey de amarillo y Carcosa, dos clásicos del género de la literatura fantástica de terror, que escribieron Robert W. Chambers y Ambrose Bierce, respectivamente.
Pero cuando la serie llega a sus compases finales, este elemento fantástico se diluye y los culpables de los asesinatos acaban siendo (ya he avisado que haría espóilers) los miembros de una familia muy poderosa que durante años habían llevado a cabo rituales en los que se abusaba sexualmente y se asesinaban a menores de edad. La familia había conseguido que la policía no los investigara nunca. Por lo tanto, la serie acaba haciendo énfasis en la impunidad de los poderosos y en la corrupción policial que ayuda a encubrirlos. Por si esto no fuera suficiente, la historia está basada en un caso real, el de la Iglesia de Hosanna, en Luisiana, donde hasta 24 niños sufrieron abusos sexuales en el centro para la juventud de la congregación. El final de True Detective también acaba siendo mucho más realista de lo que es habitual cuando el personaje que interpreta Matthew McConaughey dice: “No los hemos cogido a todos”, en referencia a los implicados en el caso que no han conseguido atrapar. “Y no los cogeremos”, dice el personaje que interpreta Woody Harrelson. Que haya culpables que queden libres es la sentencia final de una serie que no quiere endulzar la realidad.
Plataforma: HBO Max.